Los bancos deberán ofrecer un mínimo de $60.000 en extracciones diarias desde los cajeros

El Banco Central aumentó cuatro veces el monto mínimo obligatorio que las terminales deben dispensar por día a los clientes. La medida, que coincide con el lanzamiento de los billetes de $20.000 en octubre, facilitará su uso en los cajeros automáticos.

El Banco Central (BCRA) ha decidido que los cajeros automáticos deberán permitir una extracción mínima diaria de $60.000, en lugar de los $15.000 que se aplicaban hasta ahora, cuadruplicando así el monto que se podrá retirar en una sola operación.

Esta medida fue oficializada en la comunicación “A” 8092 publicada el jueves, donde se instruye a los bancos a aumentar el mínimo diario de extracción sin diferenciar entre clientes y no clientes, y sin importar el tipo de cuenta o la red de cajeros automáticos involucrada.

No obstante, la normativa no menciona la gratuidad de las extracciones de dinero. Al igual que hasta ahora, los retiros en efectivo seguirán siendo gratuitos únicamente para las cuentas sueldo y para los beneficiarios de la seguridad social (jubilados, pensionados, titulares de AUH y otros programas de ANSES).

Varios bancos ya habían decidido incrementar el monto diario de extracción para brindar mayor comodidad a sus clientes. Ahora, esta medida será obligatoria para todas las entidades y para todos los usuarios, independientemente de si tienen cuenta en la institución.

El aumento en el límite de extracción diaria coincide con la introducción de los nuevos billetes de $10.000, que comienzan a estar disponibles en los cajeros automáticos, y de los billetes de $20.000, que se espera empiecen a circular en la segunda quincena de octubre.

“A priori, esta medida podría generar que falte más efectivo. Sin embargo, eso se neutraliza con la carga de billetes de $10.000 en las terminales”, señalaron en una entidad. Algo similar sucederá cuando los cajeros comiencen a dispensar billetes de $20.000.

Para incorporar los nuevos billetes, las máquinas deben ser reprogramadas individualmente, pero los bancos confían en que, tras la experiencia con los billetes de $10.000, el proceso será más ágil. 

En contraste, para aumentar el límite mínimo de extracción, los ajustes se realizan directamente desde las redes de cajeros, afectando a todas las terminales simultáneamente.

El manejo de efectivo se ha convertido en un desafío para los bancos

Para los bancos recaudadores, que reciben más efectivo del que dispensan, la llegada de nuevas denominaciones plantea problemas logísticos. Cuando se introduce un billete de mayor valor, disminuye la demanda de billetes de denominaciones más bajas.

Por ejemplo, con la llegada del billete de $10.000, la demanda de billetes de $1000 y, en menor medida, de $500 ha caído. Estos billetes regresan a los Tesoros de las entidades recaudadoras, que deben almacenarlos hasta encontrar dónde colocarlos, ya que el Banco Central no los recibe por falta de espacio.

En respuesta a esta situación, los principales actores del sistema financiero han construido bóvedas en la Ciudad de Buenos Aires y en varias provincias en los últimos años. Sin embargo, estos esfuerzos parecen insuficientes debido a la inflación y su impacto en el valor del peso.

Para deshacerse del exceso de billetes, las entidades suelen establecer acuerdos entre sí, y los bancos recaudadores a menudo asumen incluso el costo de transportar los billetes hacia los bancos pagadores.

En el caso de los billetes de menor denominación, estos son destruidos directamente en el Banco Central. Al inicio de la gestión de Santiago Bausili en el organismo, se aceleró el proceso eliminando el requisito de perforar los billetes de hasta $100 antes de retirarlos de circulación.

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