Brasil refuerza sus reglas migratorias ante el aumento del tráfico de migrantes hacia EE.UU.

El gobierno brasileño ha decidido reforzar los requisitos de entrada al país debido al creciente uso de su aeropuerto internacional como punto de tránsito para migrantes que buscan llegar a Estados Unidos, generando serios problemas de congestión.

Brasil ha endurecido a partir de este lunes los requisitos de ingreso al país, en respuesta a su creciente papel como ruta ilegal para migrantes que buscan llegar a Estados Unidos y Canadá a través del aeropuerto internacional de San Pablo. 

Según un informe del Ministerio de Justicia, el país “se convirtió en una ruta para organizaciones criminales que se dedican al contrabando de inmigrantes y tráfico de personas”.

La policía federal ha detectado un aumento significativo en el número de viajeros que utilizan el aeropuerto de Guarulhos como escala, pero que intentan quedarse en Brasil en lugar de continuar hacia su destino final. Esta situación ha llevado a que cientos de migrantes se queden amontonados en el área de tránsito del aeropuerto, lo que ha generado preocupaciones sobre violaciones de derechos humanos, especialmente después de la muerte de un migrante que se encontraba en el recinto.

La mayoría de estos migrantes provienen de países asiáticos y tienen billetes hacia otros destinos en Sudamérica. 

“El objetivo de estos viajeros no es solicitar protección al Estado brasileño a través del instituto de refugio, sino seguir una ruta rumbo al norte de América, principalmente hacia Estados Unidos y/o Canadá”, sostiene el ministerio.

A partir de ahora, Brasil exigirá visas a aquellos que planeen viajar a un tercer país con una escala en su territorio. Además, los solicitantes de refugio deberán demostrar que enfrentan persecución política o violencia en sus países de origen, un requisito que antes no se exigía.

El aeropuerto de Guarulhos, que sirve a la ciudad de San Pablo, es uno de los más transitados de América Latina, con un tráfico anual de 35 millones de pasajeros. Los migrantes que llegan allí deben permanecer en una zona restringida mientras tramitan sus solicitudes de refugio, un proceso que puede demorar semanas. 

En la última década, las solicitudes de refugio en este aeropuerto se han multiplicado, pasando de 69 en 2013 a 4239 en 2023, y solo en los primeros siete meses de este año, se han registrado 5428 solicitudes.

La situación empeoró aún más en agosto, con un promedio diario de 41 solicitudes. Esta sobrecarga ha provocado que cientos de migrantes se acumulen en la terminal, que carece de la infraestructura necesaria para su estancia prolongada. Hasta la semana pasada, había 481 migrantes retenidos en el aeropuerto.

La muerte de un hombre ganés el 13 de agosto, quien llegó cinco días antes y estaba entre los migrantes retenidos, ha generado alarma. La policía federal informó que el hombre se sintió mal, recibió atención médica y fue trasladado a un hospital público, donde falleció de un infarto. 

Imágenes transmitidas por la televisión local muestran a decenas de personas haciendo fila para recibir alimentos, mientras otras yacen amontonadas en el suelo. 

La Defensoría Pública brasileña ha denunciado reiteradas violaciones de derechos humanos en el lugar, señalando la presencia de niños, adolescentes no acompañados y mujeres en condiciones de extrema vulnerabilidad. 

Además, los migrantes están durmiendo en el suelo y enfrentan una creciente demanda de atención médica, con muchas personas mostrando síntomas similares a los de la gripe, en medio de pésimas condiciones de alimentación e higiene.

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