El Gobierno evalúa cambios en el régimen antidumping

Desde el Ministerio de Economía indican que el sistema actual, en varias situaciones, actúa más como un obstáculo a la competencia que como una herramienta de protección comercial.

Desde el Ministerio de Economía aseguran que “en pocos meses terminaremos la tarea general de revisión de toda la normativa de comercio exterior adecuándola los estándares internacionales”. No obstante, reconocen que aún queda trabajo por hacer en áreas como los puertos para seguir reduciendo el “costo argentino”. 

La tarea está en manos del Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, liderado por Federico Sturzenegger.

Otra área bajo observación es el régimen antidumping, ya que, según fuentes del ministerio, a menudo actúa como una barrera a la competencia más que como protección comercial. 

“Todo lo que tiene dumping en Argentina en algunos casos termina valiendo el doble que en la región. Esto no tiene sentido”, señalan. Casos como textiles, calzados, electrodomésticos, y productos como bicicletas y vajilla se ven afectados por esta situación.

Ante las quejas de los consumidores por los altos precios, desde la Secretaría de Comercio se busca “simplificar” las gestiones de controversias entre empresas y consumidores, agilizando los trámites. 

La solución a largo plazo, según la secretaría, es fomentar “una mayor competencia”, lo que ya está ocurriendo en sectores como el de internet, con la entrada de Starlink, la empresa de Elon Musk, favorecida por el presidente Javier Milei.

Otro sector bajo observación es el del pan lactal, donde Bimbo, con un 70-80% del mercado, vende el paquete a 4,50 dólares, mientras que si se importara de Brasil, su precio sería de 3 dólares. Sin embargo, prevén que esta situación cambie con nuevas inversiones que ya están ingresando al mercado.

Entre las recientes medidas económicas, se destaca la eliminación de barreras para la importación de materiales de construcción. Se modificaron los reglamentos técnicos del acero y se derogó el correspondiente al aluminio, con el objetivo de reducir los costos, que en Argentina son un 50% más altos que el promedio mundial. Esto beneficia a unas 10.000 pymes, al facilitar la importación de productos como chapas, perfiles, vigas, entre otros.

En el caso del acero, anteriormente los importadores debían obtener una certificación del INTI cada seis meses, lo que frenaba las importaciones. Ahora, con la desregulación, se permite la certificación internacional. 

En cuanto al cemento, producto cuyo costo logístico limita su comercio, se espera que comiencen a llegar barcazas desde Paraguay, donde el precio es hasta un 20% más bajo.

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