La ropa en Argentina es un 35% más cara que en el resto de América Latina
Según un informe del think tank Fundar, los precios de la indumentaria en Argentina no solo superan en un 35% a los del resto de la región, sino que también se posicionan como los más altos a nivel mundial.
En Argentina, la ropa es un 35% más cara que en seis países de la región, según un estudio del think tank Fundar. Al comparar con otros bienes y servicios, los precios de la indumentaria en el país resultan ser de los más altos a nivel global.
“Esta tendencia se gestó en las últimas dos décadas, en las que el país fue a contramano del mundo. Mientras que acá la inflación de la ropa superó a la inflación promedio, en el mundo ocurrió lo contrario”, marca el análisis.
El relevamiento de Fundar, que incluyó una canasta de 33 prendas en abril de 2023, reveló que la indumentaria en Argentina es un 35% más costosa que en Perú, Uruguay, México, Chile, Colombia y Brasil, usando el tipo de cambio oficial. Si se considera el dólar MEP, la diferencia es del 16%.
El informe también muestra que una prenda de vestir en Argentina permite acceder a más bienes y servicios que en casi cualquier otro país, incluso tras una caída relativa en los precios desde 2022. Entre 2020 y 2022, la ropa y el calzado fueron los rubros del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que más aumentaron.
La ropa en Argentina es menos cara en prendas informales y en ropa para niños y bebés, pero es más costosa en productos de tejidos planos, como jeans y sastrería, y en ropa para adultos.
Las prendas de marca y alta gama tienen precios más elevados, mientras que la ropa de gama baja es más accesible. Sin embargo, la diferencia de precios entre las prendas más económicas y las más caras es una de las mayores en la región, junto con Uruguay.
El estudio generó debate sobre las razones de estos altos precios. “El debate público osciló entre dos posturas. Por una parte, las miradas críticas de la industria nacional culpan al proteccionismo y sostienen que para bajar los precios solo hay que abrir la economía y fomentar la importación. La otra postura plantea que los altos precios de la ropa se deben a una multiplicidad de factores, todos ajenos al entramado productivo local”, apuntaron.
Según Fundar, la situación es más compleja. “La explicación del fenómeno es más compleja. Durante las últimas dos décadas, la elevada protección comercial externa fue un factor central para justificar la evolución diferencial de los precios de la ropa en Argentina con el resto del mundo. Pero no es el único. El deterioro de las condiciones macroeconómicas contribuyó a encarecer el precio relativo de todos los bienes, incluyendo la indumentaria. También afectó el costo del financiamiento, que a su vez limitó la inversión y el aumento de la productividad”.
Respecto al momento en el que comenzó esta tendencia, indicaron: “Recién a partir de 2011 es que Argentina empezó a tener precios relativos de la ropa más altos que en Estados Unidos, Europa y América Latina. Desde entonces, esta tendencia se consolidó”.
El informe destaca varios factores primarios que explican este fenómeno:
– Crecientes barreras a la importación, especialmente en el sector de indumentaria.
– La volatilidad macroeconómica, que ha afectado más a los bienes que a los servicios.
– La regulación de precios en sectores como los servicios públicos, que ha llevado a que los bienes no regulados, como la ropa, suban por encima del promedio.
– La brecha cambiaria, que ha impactado más en los bienes que en los servicios.
Otros factores secundarios incluyen:
– La presión tributaria, que encarece especialmente a sectores con cadenas de producción largas y alta integración nacional, como la indumentaria.
– La dinámica del consumo interno y los costos laborales, que también han influido en los precios.
– El acceso limitado al crédito, que ha encarecido el financiamiento y reducido la productividad.
– La productividad del sector ha sido baja y dependiente de los ciclos económicos, lo que ha dificultado la generación de economías de escala y la reducción de costos.